El Carnaval, la fiesta grande de Cádiz, volvió a protagonizarmuchas de las portadas de la actualidad local a lo largo del año que se fue.
Este 2014 fue inolvidable para la chirigota de José Antonio Vera Luque. Su arriesgada apuesta al final solo encontró parabienes. No solo el Rajoy verdadero no remodeló su equipo de gobierno y puso en peligro la puesta en escena, sino que incluso desde el primer día pegaron fuerte y se metieron al público y al jurado en el bolsillo. Luego vinieron las actuaciones por todos los confines de la España pepera y sociata y la guinda llegó con su participación en la banda sonora de la película de Torrente, una guinda que puede tener cierta continuidad después de su candidatura a los Goya.
Tampoco olvidará este 2014 la que ya quedará para la historia como la chirigota de Los Patxis. En su caso con un sabor muy agridulce. Su viaje a Cádiz se prolongó durante más tiempo del esperado porque actuaron cuatro veces en el Falla y luego prosiguieron con su gira en la calle.Lamentablemente tuvieron que volver para despedir a uno de los suyos, José Antonio Gómez Rodicio, que nos dejó de forma repentina el sábado 19 de abril. Quizás estos dos grupos simbolizaron un buen año de chirigotas en el Concurso pese a que había ausencias sonadas en el certamen de coplas. De cara a 2015 se augura una edición apasionante con la presencia de todas las consagradas después del anuncio de los esperados regresos de El Sheriff y El Love.
En comparsas volvió a evidenciarse que los cambios de componentes centran la atención del carnavalero. Lo del bien o mal llamado artisteo es un fenómeno extendido. Cada vez queda más demostrado que casi es más importante quién lo que canta en lugar de lo qué se canta. Fue el año de Tino Tovar que volvió a saborear las mieles del triunfo, en un Concurso del Falla que también será recordado por el pasodoble interpretado por la comparsa de Antonio Martín a Paco de Lucía pocas horas después de su muerte. Para la historia del COAC quedará igualmente Los gallitos, posiblemente la mejor obra que hayan escrito Miguel Ángel García Argüez y Nene Cheza y que se quedó algo lejos de la Final. Precisamente, El Niño de la calle San Vicente se erige como una de las grandes ausencias de la próxima edición, junto a la deLos Carapapa. En el caso de los hermanos Márquez Mateo será el segundo año consecutivo que no estarán y los que parece que quedan. Además no podrán estrenar en la casa de los ladrillos coloraos su nueva apuesta bajo la denominación de Los bandoleros y, para más inri, lo harán en Jerez. Sigue sin salir un pelotazo, una tendencia que se repite desde hace ya demasiados años. Para 2015 regresan Aragón Becerra y Jesús Bienvenido, además de Los Gitanos y Los Majaras portuenses, retornos que evidentemente compensan con creces a las ausencias.
En la modalidad de coros fue el año de Los dictadores con un triunfo que no estuvo salpicado de cierta polémica por el tema del famoso punto. Al margen de esas consideraciones sigue dando la impresión de que la batea está más viva que nunca. Esa percepción contrasta con la propia opinión de los autores que consideran, en su gran mayoría, que no hay gente para tantos coros. Sin embargo el número se mantiene. Curiosamente para 2015 apenas se vislumbran ausencias, salvo la del conocido como coro a pie. Vuelve Quico Zamora por derecho y eso siempre aporta un plus de calidad.
En cuartetos, la fórmula de los niños volvió a ganarse el respeto de todos. El público se lo pasa en grande y a los jurados les gusta. Segundo triunfo en dos años lo que convierte a El Veleta y compañía en el rival a batir para la próxima edición como se dijo ayer por aquí. El regreso de Manolo Morera fue más efímero que otra cosa al menos de momento, ya que en 2015 volverá a descansar. Su lugar entre los consagrados lo ocupará un Ángel Gago que ha sucumbido al cariño de los aficionados por lo que el clasicismo sobre las tablas volverá a estar asegurado.
Al margen del COAC siempre está la calle. El Love y su gente le han dejado el listón altísimo a Merche. Por eso la cantante ha hecho bien en buscar ayuda entre sus componentes. Hablar del reinado ilegal ya suena a perogrullo. Nadie discute a estas alturas que es un fenómeno en continuo auge con independencia de formalismos prescindibles como el hecho de incluir el Carnaval de los jartibles en el programa oficial. Por cierto, lo del programa oficial daría para varios balances. O para ninguno según se mire.
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