En el Club Marítimo La Caleta, todo estaba preparado: desde la encargada que repartía las camisetas para los colaboradores y costaleras, hasta el refrito para el plato estrella: los fideos con caballa, realizado por Francisco Falcón, que estuvo preparándolo desde primeras horas de la mañana para que a nadie le faltara su plato. " Todos los colaboradores sirven al pueblo", así lo afirmó Falcón. Y razón no le faltaba, porque fueron muchos los que colaboraron para limpiar y preparar los cuatrocientos kilos de pescado.
Pero todo esfuerzo tiene su reconocimiento, porque la procesión de la caballa estaba decorada con una base de pimientos y tomates en honor al reconocido refrito.
Nadie quiso perderse este peculiar evento, en el que había sitio para todos: desde turistas curiosos que interrumpieron su baño por lo espectacular del momento, hasta las viudas ataviadas, como el Paquito del Mentidero o Antonio El Chacha, la viuda más veterana que presidió la procesión.
La caballa de La Caleta tenía las horas contadas. Aún así, muchos aprovecharon para inmortalizar el recuerdo con un selfie antes de que saliera la procesión. En este entierro las viudas iban de luto pero las había de toda clase y condición: con sombrero a juego, con tocado, peinetas de feria, el pelo trenzado o con pelucas de colores.
La cuadrilla de colaboradoras pasearon, cual costaleras de mar, por las calles de La Viña a la que horas después sería la difunta caballa. Un encuentro que consiguió lo que pretendía: dar solemne entierro a la Caballa y despedir el verano gaditano como sólo los caleteros saben hacerlo.
diariodecadiz
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