Pablo Carbonell: «Nunca, en 43 años de carrera, me había sentido tan vapuleado»

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Pablo Carbonell: «Nunca, en 43 años de carrera, me había sentido tan vapuleado»
Pablo Carbonell: «Nunca, en 43 años de carrera, me había sentido tan vapuleado»Pablo Carbonell ha roto su silencio con mesura, con dolor y sin arrepentimiento. Con un sincero agradecimiento incluso a este periódico por haberse interesado por su estado. El actor gaditano no ha dudado en contestar a todas las preguntas sobre lo acontecido durante el pregón del Carnaval de Cádiz que tuvo lugar el pasado sábado en la Plaza de San Antonio y tras el cual no han parado de lloverle las críticas. Incluso insultos.
El pregonero gaditano no oculta su decepción ante lo sucedido pero ni el maltrato recibido le han provocado el sentimiento de arrepentimiento que podría presuponerse. Su sinceridad es de agradecer y haciendo un alarde admirable de autocrítica, Carbonell entona el 'mea culpa' sin miedo a eludir responsabilidades. Su testimonio desvela algunas de las claves de un pregón, del que él mismo reconoce que fallaron algunas cosas, pero al que nadie puede achacar que estaba preparado con el corazón.
Eso sí, ni siquiera lo que han sufrido tanto él como su familia en estos días le han quitado las ganas de seguir presumiendo de gaditanismo y asegura estar dispuesto a colaborar con quien le pida lo que sea por su ciudad. Pese a todo, un caballero.

-¿Se siente decepcionado o dolido con la gente de Cádiz por las críticas a su pregón?
No. Con la gente de Cádiz no. Si acaso con las formas de algunos. Mi hija estaba durante el pregón y no me gustó que escuchara determinadas cosas. Ella estaba muy perpleja.  Llegó a preguntarle a su madre si es que en Cádiz la gente no se reía. 
Nunca, en mis cuarenta y tres años de carrera, me había sentido ni antes ni durante ni después de un trabajo tan cuestionado o vapuleado. Que me haya sucedido en mi ciudad me deja machacado. Pero la culpa la tengo yo. O la bronquitis que arrastraba, o la afonía, o la inseguridad, o no haber delegado más responsabilidades en otras personas.

-¿Cómo se siente una persona que le pone todo su corazón al pregón de su tierra y parte del público responde con abucheos?
Pues muy mal, imagínate, hoy he tenido que ir a la peluquería. No, hablando en serio, he pasado tres días en la lona y no sé cuándo me voy a levantar. Me ha recordado a la reacción que tuvo 'Atún y chocolate'. En un principio no se entendió el cariño con el que la hice. Debieron pasar varios años para que empezaran a pedirme que hiciera otra película.

-¿Por qué cree que su pregón no ha gustado a la mayoría?
En este mundo, el del espectáculo, el dar las buenas noches es primordial. Cuando salí al escenario había un ruido extraño que venía de los teclados, me puse nervioso. No sonaba lo que tenía que sonar, no conecté en ese momento porque no supe enfrentar esa situación, me encerré en leer el texto y perdí al publico.

-¿Piensa que la gente no lo ha entendido?
Yo, cuando lo estaba soltando tampoco entendía por qué no oía las reacciones que esperaba. Salieron muchas cosas mal, no las voy a citar, había previsto que saliera una callejera y tuve que deslavazar el pregón y salir del escenario por otro problema de ultima hora. Incomprensible para mí. Quiero pedir perdón a las ninfas. Ellas querían hacer algo con nosotros pero el día que fueron a ensayar yo estaba en el hospital conectado a una máquina de oxígeno, haciéndome una analítica, pruebas, y placas de tórax para doblegar una bronquitis que me había dejado afónico y a medio pulmón dos días antes. 

-Si pudiera retroceder en el tiempo, ¿volvería a aceptar el ofrecimiento del alcalde?
Por supuesto que sí. Y volveré a aceptar el ofrecimiento de cualquier persona de Cádiz que me pida lo que sea para mi ciudad.

-¿Cambiaría algo de su pregón?
Yo tenía esas cosas que contarle a Cádiz. Las busqué dentro de mí y eran esas. Insisto, la conexión fue lo que me falló. Además yo no soy Téllez, no soy escritor ni periodista ni vivo en Cádiz, y no tengo el talento de Téllez, al que por cierto felicito por su Gran Momo.

-¿Duelen más las críticas cuando llegan precisamente de su ciudad?
Bueno, yo es que no les pediría a los de Albacete o a los Barcelona que me acogieran como a un hijo pródigo. Mi pregón era eso, recordar a mis compañeros y profesores de los Salesianos. Puede resultar extraño casi pasar la lista de los compañeros, pero yo, que soy muy friky, quería hacerlo. ¿A los alumnos de otro colegio les puede sentar mal? O que me acordara de Marchena Pigüito. Puede quedar raro. Sí, pero ese es mi Cádiz. Hubiera dado igual que yo hablara de Paco Alba, que lo hice o de los Beatles de Cádiz, a los que busqué y coloqué una canción. No había conectado y ya estaba sentenciado.
-¿Cree que el mundo del Carnaval es poco tolerante con otras formas de entender el humor?
Las raíces de una fiesta sirven para que la idiosincracia de una ciudad no se pierda. Yo como gaditano he llevado, o pervertido según algunos puristas, esas raíces. No lo he hecho como una falta de respeto pero se entendió así. Yo no soy el representante del Carnaval de Cádiz, lo defiendo a muerte donde voy, pero no soy el representante del Carnaval, he sido el pregonero. Nada más.
-Precisamente Dani Rovira, que presentaba los Goya casi a la vez que usted pregonaba el Carnaval de Cádiz, se llevó numerosas críticas por su labor en la gala. En un tweet decía que no le había merecido la pena. ¿Piensa igual que él?
No. Yo volvería el año que viene a dar el mismo pregón.

Texto del poema que Pablo Carbonell compuso para su pregón

No puedo pretender descubrir nada al público aquí presente
de lo que me levanta y me pone en la ciudad más antigua de occidente  
lo que sus rincones, balcones, plazas,torres y gente atesora.
Porque además de no decirles nada original, de fijo me pasó de  hora
 
Arena y canela fina, cangrejos moros, cúpula de yema de la catedral, mantequilla colorá, ya va a llora, sarcófagos, camarones, sacarocracia, mojarras, murallas, cantaores, Roma imperial…
¿qué les puede contar?
Cañones en las esquinas, piratas, duros antiguos, pito feria y mito
¡Los atlantes! Chiringuitos, y el océano Atlántico en un cucurucho de pescaito frito.
¿No ven que me repito?
 
Todo se siente y todo está escrito. No descubro nada si les cuento
Que en ese claroscuro callejero del laberinto se columpia el tiempo
Que donde esté una caña con huevas aliñás en plaza Mina a las doce 
Que se quite la plaza Mayor de la capital y su relaxin cup of cofi.
 
No descubro la piedra filosofal, que aquí es la ostionera, si apunto
Qué todo este ensueño de luz regalada confluye en un punto
donde se da aire la vida, y se despelota el color y los sabores
Y que ese punto, no hace falta decirlo, es el Mercado de las Flores
 
No les descubro nada si digo que en catavinos se puede beber
la paz que vuelcan al alma las barquitas al mecerse al atardecer
Y que se me ahoga la voz ante la lucha diaria por una vida digna
De la gente del Barrio de la Paz, Puntales, el Populo, La Caleta y el barrio la Viña. 
 
No puedo enseñar nada a los que viven en esta ciudad de leyenda.
Y los de fuera se van a encontrar con ella en cuanto se den una vuelta.
Si pretendiera descubrirles que Cádiz respira arte en cada rincón
sería porque me golpeé en la cabeza y me creí Cristobal Colón.
 
Comprenden mi frustración porque me repito ya que toda esta hermosura ya está cantada y dicha.
Gracias, Cádiz, por tanto.

GRACIAS PICHA.

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