'Ojú ya saltó el levante', tal como se llamaba una buena y alocada chirigota del Love. Y tanto que saltó, a juzgar por lo que pudo verse ayer por Cádiz. La noche no fue para amantes del orden y de la tranquilidad, fue día para canallas, desinhibidos, 'culturetas', bohemios, veraneantes y 'jartibles'. Porque sí, porque a ellos ni les va ni les viene lo que marquen las manecillas del reloj, que eso es para los que están en un sin vivir. Hubiera saltado o no el levante, el vendaval de risas llegó igual a una Cádiz que, de todos modos, se hubiera inventado en su cabeza la levantera para que el turista le viera tal cual es cuando se arremolina y se despeina. Un cante por aquí, un pito de caña por allá, y el que no se riese es porque más vale que se acostara. Y para completar la fusión de ritmos con reminiscencias de flamenco, reggae y ska de Canteca de Macao, para quien fuera más exquisito y pidiera un plus.

La locura de agosto fue completa en el casco histórico de la ciudad, pues a la misma le dio por unir casi todas las pasiones posibles en un mismo día. El que no estuviera de acuerdo con un plan tenía en su mano adherirse a otro, tanto es así que hasta el incienso y las cornetas tuvieron algo que decir en la noche más agitada del verano. Una agenda a la carta, donde sólo faltó que el Cádiz Club de Fútbol hubiera jugado en el Carranza.

El eje central sobre el que giraron todas las actividades estuvo marcado por la presencia de las chirigotas ilegales, quienes elevaron el nivel de sinvergonzonería y de ingenio al más puro estilo callejero. Con la caída del sol fueron tomando posiciones estas agrupaciones que beben y viven de la calle en carnaval y ayer se hicieron fuertes ante una masa de público bastante diferente al que se acostumbra en febrero. Eso sí, prácticamente, no se vieron ninguno de los grupos punteros que participaron en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) de este año, por motivos de agenda.

Una de las participantes, la conocida como 'chirigota del parchís' cuyo nombre de este año es 'Los artistas de la calle' comenzó a calentar el ambiente dentro de La Vaca Atada, en calle Nueva, cuando aún había más despistados que avispados pululando por la calle.

"Y vamos a ver si hay más señores disfrazados por ahí", le dijo una madrileña a un madrileño con pasmosa y elegante tranquilidad. Porque la noche seguía y había que seguir consumiendo coplas. En la mayoría de los casos, la acción no comenzó hasta bien pasadas las once de la noche. Otro de los puntos neurálgicos fueron los alrededores del Mercado Central y El Pópulo, donde hubo especímenes carnavalescos deambulando. Algunos de los que ofrecieron su repertorio por la plaza de la Libertad fueron la 'Shrigota rockera', que antes estuvo por La Viña y 'V de Vavetta', por el edificio Correos. Otras de las que participaron en esta fiesta improvisada fueron 'Las talegueras' y 'Los Varón Dandy, chirigota de Piano Club'.

Como era de esperar, el ambiente fue de lo más variopinto, y allí que andaban por Cristóbal Colón unos pilotos de avión de lo más golfo y alentados por una buena cantidad de público. "Sin una cerveza fresquita no seguimos", esas fueron las condiciones para seguir, ya que habían "dejado aparcado el avión, no vamos a conducir ahora", aseguraron con guasa. Pero lo que no les faltaba era rubor, pues toda la tanda de cuplés se basaron en los nervios que les entrarían "si la azafata les enseñaba la caja negra". Pues así, con todo. Un repertorio muy fresco, nunca mejor dicho, y con poca vergüenza. Más allá de estos pilotos, cigüeñas, flamencas con girasoles y hombres con rejilla, entre otros, se encargaron de alborotar el primer fin de semana de agosto. A juzgar por las terrazas, éxito tuvieron.

Aunque esta cita se caracteriza por el ambiente dicharachero e informal, el Ayuntamiento revistió de algo de oficialidad este Carnaval y reforzó los servicios de limpieza. Asimismo, también se colocaron urinarios portátiles en San Agustín, en la plaza de Las Flores y en el barrio del Pópulo. Donde también actuó el Consistorio fue en el cierre de bares, pues decretó con carácter excepcional la ampliación del horario de los bares para la larga noche de ayer. Otro aliciente más para que lo último que pensara el respetable fuera en irse a casa, pues conforme avanzó la noche se fue sumando más gente a la causa carnavalesca y callejera en general. Aunque eso sí, a ratos la congregación de personas se tornó dispersa según las zonas por las que se transitara. Y es que quedó claro que no se daba abasto.

Pero no todo era carnaval, la primera actuación gratuita del verano en la Catedral corrió a cargo de Canteca de Macao en las escalinatas del templo. Una cantidad aceptable de espectadores, que también fueron a más, se sumaron al plan alternativo y sin etiquetas que proponía este grupo. "Solamente tú Solamente tú vendrás conmigo", llamaba con tonos intimistas y directos al respetable para que éstos se supieran en casa, razones dieron con esa puesta en escena tan cercana y casi a la altura del público. Las canciones de Canteca de Macao con ese mestizaje de estilos y esa llamada al baile pausado y relajado fue ganándose la confianza de los espectadores. En una noche en la que Canteca de Macao ofreció de todo, como la propia Cádiz ayer, y a base de su peculiar estilo, fueron armando el argumento de parte del existencialismo humano. Pues nada más cierto que parte de uno de sus temas principales: "Nunca es tarde para ser sincero, nunca es tarde para volver a empezar". Y así con esa espontaneidad, fueron pasando las horas, "somos la vida que viene, somos la vida que pasa". Desde luego, no hubo razones para irse con malos humos a la cama tras escuchar a este grupo surgido en Madrid.

Y como por la calle ayer se escuchaba: "To' las fiestas juntas". En una mezcla de incredulidad, aturdimiento y euforia. Porque son situaciones que sólo Cádiz y su estado de plena levantera se puede permitir.


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