La chirigota de Sevilla (se ha apropiado de esta denominación después de la marcha de Alvarado) sigue dando que hablar. Impactaron con los muebles de 'Estamos en casa', con los muñequitos de 'Cogerlo ahí'; provocaron muchas voces, algunas críticas, con el tipo de virgen de 'La mare que lo parió', y ahora lo han vuelto a hacer con su nueva propuesta.

'Esta chirigota cae bien' ha puesto al Falla calentito con la parodia del Rey Emérito Juan Carlos I y la broma sobre sus continuos tropiezos. A partir de ahí, continuos chascarrillos sobre la familia real que encontrarán adeptos al igual que críticos. Su autor Pablo de la Prida, que suma su segundo año sin pisar las tablas pero sigue la actuación entre bambalinas, reconoce la dificultad del reto. "Llevamos tipos polémicos porque necesitamos llamar la atención".

Ya se ha hecho un hueco entre las chirigotas esperadas, ansioso por dar el salto a semifinales, y aspira a competir con las grandes en un futuro. Sin prisa. De momento, reconoce que pese al aplauso del público "hemos tenido algunos fallitos, que no sabemos por qué ha pasado". Precisamente esa autocrítica, esa exigencia, es la que les lleva a mejora. "Cada año nos fijamos en los errores que cometemos para superarlos en el Concurso siguiente". Y por eso casi siempre se superan.

En esta ocasión "hemos metido muchas coreografías porque el personaje se prestaba a ello", y con ello ha conectado con los aficionados. "Ha sido el mejor recibimiento que nos han dado desde que llevamos viniendo al Falla. Espero que podamos encontrarnos en el próximo pase".

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