El carnaval, esa fiesta de origen pagano que tanto arraigo tiene en el pueblo, se celebra en casi todos los rincones de España. Pero existen algunas ciudades que pasan el año preparándose para estos días. De entre los muchos carnavales ibéricos hay algunos especialmente señeros. Existen muchas opciones de carnaval de renombre, como la tradición bicentenaria de Águilas, el de Sitges –elegante y de corte veneciano–, el de Ciudad Rodrigo –taurino y que pasa por ser el más antiguo–, el medieval de Tolosa, el tropical en Alicante o los teatrales de Fao y Santoña. Pero puestos a destacar Cádiz y Santa Cruz de Tenerife se llevan la palma. Cádiz Distinguido por aportar la vertiente más jocosa y burlesca, el carnaval de Cádiz cuenta entre sus armas con el mordaz sarcasmo de las chirigotas, cuyas letras reflejan a la sociedad y a veces denuncian, pero siempre con mucha gracia e ingenio. Los gaditanos llenan las calles de buen humor y diversión desinhibida. Declarado de Interés Turístico Internacional, desde siempre fue una fiesta incomprendida por la autoridad. El franquismo lo llegó a prohibir para luego convertirlo en un carnaval descafeinado. El 5 de febrero de 1978 se enterraron con sarcasmo y ceremonia aquellas obligadas Fiestas Típicas Gaditanas. En el carnaval gaditano de hoy, el ambiente se inicia un mes antes con la Pestiñada, la Erizada y la Ostionada y, por supuesto, con el concurso de coros, comparsas y chirigotas en el Teatro Falla. Llega después el domingo de Cuasimodo, previo a la Cuaresma y la fiesta dura hasta el domingo de Piñata.
Santa Cruz de Tenerife Todo el archipiélago canario celebra con entusiasmo el carnaval, pero el de Santa Cruz de Tenerife ha pasado a ser el más conocido. Si el de Cádiz es fiesta de calle, de humor y de “desacato” a la autoridad, el canario es más una explosión de luz y color tal y cómo se ve en Brasil. En su semana larga de duración, miles de personas toman unas calles amenizadas por más de 100 grupos con una media de 50 componentes cada uno. Murgas, comparsas, rondallas, agrupaciones musicales y grupos de disfraces montan la fiesta en las calles, con orquestas, ritmos caribeños y música de moda. Una de las actividades más famosas de la fiesta es la elección de la reina del Carnaval, con sus imposibles vestidos diseñados para la ocasión. Finalmente, el martes todos los participantes de la fiesta se reúnen en un coso para darle la despedida.
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