La inconfundible voz de Amaya Uranga truena por la calle Nueva. Ayyyy....amor de hombreeee... No es una marcha procesional pero lo parece. Porque el emblemático tema de Mocedades resuena en el interior de la mesa de un paso gaditano llevado con arte por los componentes de la chirigota callejera 'Peña de Cargadores La llevamos de categoría (vulgo 'Los carguetis'). Don Carmelo, El Niño de los Delfines, capitanea el paso con decisión. "Vamo chavale", dice con esa voz que se escurría entre los tenores de 'Los yesterday' o 'Flamenquito apaleao', de 'Qué peaso coro' o 'Los inmortales'. Carmelito se ha vuelto ilegal este año con un grupo de buenos chirigoteros que no salían desde 2012 pero que han regresado con ansias de calle, de carnaval ilegal, de cantarle a Cádiz. Er caca, er gusana, er mardá, er lupi, er flequi, er membri, er titi, er calicha, er mortelá, er pichiti, er arcayata y er colilla. Esos son los nombres chirigoteros de los hombres que -ataviados con camisetas que simulan los torsos peludos de esos cargadores con más bultos en los hombros que una sucursal de Seur- se esconden tras su tipo. Pero estos Carguetis tienen una trayectoria detrás. Ricardo, por ejemplo, tiene a sus espaldas muchos primeros premios con los coros de Julio Pardo; Antonio, afincado en Madrid por motivos profesionales, no olvida sus raíces por más que su valía periodística le haya situado donde le ha situado; Miguel Ángel, que de huesos y roturas fibrilares entiende un rato, está pendiente de que sus muchachos la lleven de categoría; José Antonio pone esta vez toda la carne en el asador pero para anudarse un pañuelo en la cabeza y volver a meter su voz de segunda, porque, eso sí hay que decirlo, entre estos carguetis prevalecen los barítonos sobre los tenores. Y eso que el capataz mete la voz todo lo que puede. Como el Pichili, otro ingenioso cargueti. O Ángel, que acostumbrado a pedir penas, se dedica esta semana a cantar alegrías. Y Juanlu, que ha perdido el acento mexicano, si alguna vez lo tuvo, para volver a cantarle a su ciudad, como ha hecho tantos años desde la cuerda de segunda de coros míticos.
Después de tres días ya de movimientos artísticos por medio Cádiz, pero principalmente por los alrededores de la calle San Francisco, ayer la chirigota arrancó en su local de la calle Flamenco, donde guardan el armazón de su paso. La voz de Paco, patero izquierdo de una de las vírgenes más bellas del Martes Santo y al que la vocación de cargaó le ha llegado tarde pero con fuerza, mete gravedad con los primeros cuplés.
Como ya dijimos al principio no hay marchas procesionales, así que el cadencioso tránsito de la compaña chirigotera se realiza con boleros y temas ochenteros que les permiten meter el hombro y la cadera. En un momento dado también suena la marcha Radetzky, tan clásica en los conciertos de Año Nuevo desde Viena, y que habría que palmear algún día al 3x4 para darle ange.
Eso sí, la salida procesional se retrasó ayer. Quizá porque no había aglomeraciones en la Carrera Oficial de San Francisco y porque la taberna de Joselito, en la calle Cristóbal Colón, les esperaba con las puertas más abiertas que las de la Catedral un Jueves Santo.
Pasadas las tres y media de la tarde, y sin Marcha Real por medio, estos carguetis gaditanos atendieron a su capataz, el Niño de los Delfines, y comenzaron su estación de penitencia. Los hombros no estaban tan maltrechos como alguna garganta, que empezaba a evidenciar que tantos días de marchas, de las procesionales y de las otras, van pasando factura. "La llevamos de categoría, ¿sí o qué'?, comentaba uno de los cargadores, con un deje que casi recordaba al Pablo Escobar de la serie Narcos. ¿Pata o plomo?, le soltó otro con guasa. Porque de pata se hartaron. Así que con su cruz a cuesta, y con el buen humor por bandera, estos cargadores gaditanos se fueron despojando de sus coloridos chandales con el escudo de los Carguetis y empezaron a entonar cuplés con arte y hasta una rumba, con la que acaban sus actuaciones y que tiene como protagonista al alcalde de Cádiz y a la polémica de aquellos cursos para desempleadas organizados por la Fundación de la Mujer que tanto dieron que hablar. "El Kichi lo que quiere es que te toque el Chichi, u sea los bajos... El Kichi lo que quiere es que te toque el chichi...pa encontrar trabajo", dicen en el estribillo.
El repertorio consta de nada menos que 21 cuplés, dos pasodobles, y una tanda de homenajes con músicas de comparsas míticas, como 'Los mayordomos', de Antonio Martín; 'Los del bocho', Paco Alba o 'Los blanco y negro', de Pedro Romero, con su mítica letra a una caracola.
A su paso no cayeron pétalos de rosa pero sí que llovieron moscateles y botellines de la Cruz del Campo, muy acorde con su tipo semanasantero. Porque estos carguetis gaditanos tenían hasta su aguador. Aunque agua, lo que se dice agua, se bebió poca ayer en Cádiz.
http://www.diariodecadiz.es/diario_del_carnaval/movimientoartistico_0_1113188966.html
No hay comentarios