Lo que empezó como solución a un Carnaval pasado por agua ya se ha hecho un hueco fijo en la programación cultural del mes de julio. Por octavo año consecutivo -aunque con paréntesis exiliado– las calles gaditanas acogen este sábado el Carnaval de Verano.

Fue Luis Lázaro quien abrió la caja de Pandora en el año 2010. Todo comenzó como una broma, una ‘Plataforma para la repetición del Carnaval de Cádiz en el mes de julio’ mediante Facebook, sin que la lluvia fuera una invitada. Pronto se extendió por la red llegando a obtener 2.000 seguidores en tan sólo una semana, y más de 8.000 para cuando llegó la época estival.

Finalmente la participación y acogida de la idea fue muy buena, contando con más de 60 agrupaciones entre callejeras, oficiales y romanceros. De esta forma, Cádiz se pintó dos coloretes veraniegos ese julio del 2010 y salió a la calle con tipo y chanclas coincidiendo con el Carrusel de Coros de Verano (desaparecido desde hace cuatro años).

Para sorpresa de muchos el verano siguiente volvió a repetirse. Y también para el otro. Sin embargo, la historia se vio manchada por los altercados que acaecieron durante el Carnaval Chiquito de 2013. En la madrugada del domingo al lunes detuvieron a dos personas y otra resultó herida tras la intervención desmedida de la Policía Nacional en la Plaza del Palillero.

Como respuesta, un grupo de componentes de agrupaciones callejeras pusieron en marcha la plataforma ‘Por un Carnaval Libre’. En esta ocasión se decantaron por exiliar el Carnaval de Verano a modo de protesta por la “vergonzosa carga policial ocurrida durante el Carnaval Chiquito; una carga que provocó detenciones y condenas a ciudadanos de a pie ante la indiferencia de Teófila Martínez y su equipo”. De esta forma recogieron sus guitarras y marcharon con la música a otra parte. Durante dos años se celebró el evento en la localidad vecina de Puerto Real. 

Fue en 2015, con el nuevo equipo de Gobierno en el Ayuntamiento, cuando el exilio finalizó y las coplas regresaron a las calles de la capital gaditana, esta vez en agosto. El por entonces concejal de Fiestas, Adrián Martínez de Pinillos, agradeció este regreso “entendiendo y comprendiendo el sentido del Carnaval en la calle al que no se puede censurar ni reprimir“.

Este sábado Cádiz acogerá la octava edición de esta iniciativa, coincidiendo con el concierto de Manuel Carrasco en el puerto de la ciudad. Una nueva oportunidad para disfrutar de las ilegales y los repertorios más sinvergüenzas del año. Y también un reclamo importante para un turismo nacional que cada vez sigue la fiesta gaditana con más fervor. Así que ya saben, pónganse ropa fresquita, píntense dos coloretes y disfruten por las calles del Pópulo y alrededores de la ironía y el compás.