Suena igual, mantiene el pellizco y late al ritmo del 3x4. El compás no se pierde como tampoco la gracia, quien la tenga claro está. Pero la diferencia salta a la vista en este Carnaval de verano, el invento con el que se experimentó hace ya ocho años y que con intermitencias se ha ido haciendo fuerte en las calles de Cádiz en temporada estival.
De febrero a julio, el carnavalero se va liberando de equipaje y se encaja en la nueva estación en manga corta y con chanclas. Aquí ya uno advierte que esto es distinto, como en los acentos que manejan los que se van parando en cada esquina y que se distinguen perfectamente por oposición al local.
Este Carnaval no tiene el encanto del invernal, ni su frescura en el amplio sentido de la palabra. Tampoco el seguimiento de sus principales aficionados. Pero permite exportar la fiesta por antonomasia de esta localidad a lugares lejanos gracias al boca a boca de los visitantes que ayer degustaron con deleite un espectáculo para algunos desconocido.
También sirve para sacar un tanto la espinita a esos aficionados, gaditanos o no, que por motivos laborales no pudieron disfrutar de las coplas en su fecha. Y ofrece vía libre a la creatividad e ingenio de algunos que no paran, y que para este sábado traían un repertorio fresco, con nuevos cupleses actualizados.
Entre los participantes, muchas de las chirigotas callejeras, las irreverantes, las que se niegan a aparecer por el Gran Concurso porque precisamente se divierten cantando en la anarquía de la calle. Y como cada año son más pues era fácil encontrarse a una a cada paso, ideales para pasar un rato agradable. ‘Los caranchoas’, ‘Los sultanes resultones’, los cocineros de Master Chef, Hércules y sus dos leones... chirigotas y romanceros que vivieron una noche especial, mágica y única. Con coplas fresquitas para combatir el calor. Y en chanclas y mangas cortas.
http://carnaval.lavozdigital.es/noticias/2017-07-30/carnaval-chanclas-mangas-cortas-20170730.html
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