Carnaval aparte, que no es de lo que estoy hablando, a los “no aptos” dicen que les van a regalar —junto con el diploma— unos libros de autoayuda de Dierdre Boyd, de cómo superar y entender la ansiedad y la autoestima. Están muy bien para los días posteriores al trauma, pero esto aún no está aprobado por la Junta Directiva del COAC.
Lo que sí está aprobado, por lo visto, es que a los aptos los van a puntuar como en el cole, de 0 a 10, que es el esquema mental de puntuación que tenemos incardinados desde la párvula formación de nuestro organigrama psíquico calificatorio (toma ya), y no sobre 18 ó 22, que son números primos hermanos, porque se suben o se bajan según filias o fobias, como en la pasada edición. A lo mejor es que piensan recolocar de jurado a los maestros que han sido excluidos de las oposiciones.
Pero la gran putada —no sé si alguien ya la ha visto venir— es que el jurado tendrá que puntuar de 0 a 10 y por separado la letra, la música y la afinación (menos mal que la cuestión gestual de momento no cuenta). O sea, que los jueces tendrán que tridimensionarse para ser capaces de estar pendientes de manera independiente del poema, la sinfonía y el orfeón, en dos minutos; o en uno, si es cuplé; o en medio, si es estribillo; o en diez, si es popurrí. Qué capacidad, carajo (uy, perdón por la expresión pero es que estaba haciendo un cuplé).
http://cadiz.eldesmarque.com/la-torre-de-preferencia/48097-no-apto
Como siempre lo dices todo como un profesional de esto (y no estoy hablando de carnaval), no creo que a nadie que no supere el apto le tengan que hacer una tesis del porque de de su fracaso y da igual si se puntua de la manera romana o angosajona de uno al dos o al treintaitres si el votante no esse independentista... yo tambien estaba haciendo unla couplet mientras te leia. Una abrazo.
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