Cádiz, mi reina bonita,
hoy yo te mando esta carta,
la he escrito con lagrimillas
la pluma del emigrante,
vivo en un pueblo perdío
de cualquier rincón de España,
tengo curro y tengo casa,
pero sólo sé llorarte;
me marché hace cuatro años
porque allí no había futuro,
pero como las mojarras
yo me asfixio sin tu mar,
ya tengo a los vecinos
enganchaos a los carnavales
con las cintas que mi pare
me mandó de la Final.
Ay, Cai, ay, Cai de mis anhelos,
echo en falta el puentecito,
la Caleta, el Vaporcito
y las orillas de tu cielo,
ay, Cai, yo maldigo este dinero,
que aunque dignifica al hombre
y abra otros horizontes,
sin ti pa que coño lo quiero;
ojalá que muy prontito
nos volvamos a encontrar,
tu mecía por el levante
y vestía de sal,
nadie sabe lo que sufre
el gaditano que está
lejos de tus murallitas,
con mi sangre,
te lo firmo con mi sangre,
que por más lejos que esté
nunca te olvidaré,
eso lo saben tus piedras,
un día regresaré
y aunque muerto cruzaré
ay, tus Puertas de Tierra.
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