Entonces se hacían los bailes de sociedad. con dos orquestas y con gente más bien metida en la cuarentena y con conciertos, como por ejemplo Kiko Veneno.
Pero el cierre obligó a la reinvención y tras un año en el Hotel Atlántico, se creó la primera carpa en la plaza de Asdrúbal en 1989: "Me dijeron que en Cáceres había carrozas más baratas que las que salían aquí pero la verdad es que no eran muy buenas. Pero allí me llevaron a un baile en las fiestas que se celebraba en una carpa que recibía el nombre de 'El Palacio Azul', que tenía un cortinaje azul y un color ámbar". Y eso que se trajo para Cádiz.
El sistema que se utilizó fue el mismo que en el Falla, los propios trabajadores de la Fundación eran los que trabajaban en ella y la semana se repartía entre el Ayuntamiento, diversas entidades como las peñas y grupos de empresa". Reconoce que aquel año hubo menos gente al estar fuera del casco histórico y también por el frío que hacía en la carpa.
Al año siguiente se pasó a la antigua Fábrica de Tabacos, que todavía tenía el olor a cuestas. Los bailes se llevan allí porque cuentan con la ventaja de que los almacenes de carga estaban insonorizados y además se volvía a devolver al centro de la ciudad. Fueron dos años muy fructíferos hasta que, también por el inicio de las obras para convertirlo en Palacio de Congresos, pasa a Valcárcel para convertirse en el embrión e la carpa que hoy conocemos en el año 1992.
Antonio Cabrera lamenta que ahora se haya convertido en una discoteca pura y dura y afirma que el sentido que se quiere dar a la carpa se puede encarrilar en el pliego de condiciones, dejando claros los horarios e incluso el precio de las copas: "¿Hace falta que esté abierta hasta las siete o las ocho de la mañana?", se pregunta Cabrera, que ve cómo ha mutado la carpa con el paso de los años.
http://www.diariodecadiz.es/cadiz/Carpa-desconocida_0_1209779295.html
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