Son detalles, momentos, escenas y gags estúpidos que no solo no me divierten, sino que directamente me borran la sonrisa de la cara. Ahora bien, ¿prohibiría estas prácticas racistas, machistas u homófobas?, es decir, ¿deberían ser penalizadas (oficialmente) en el concurso? Mi opinión es que no. Radicalmente no. La libertad de expresión y actuación es la base innegociable del Carnaval de Cádiz y nos ofrece, mal que nos pese —especialmente en el momento que nos está tocando vivir—, un reflejo bastante certero de nuestra sociedad. Las coplas carnavaleras son una manifestación popular y cultural únicas en el mundo y no tendrían sentido si existieran restricciones o cadenas a la palabra o a la imaginación de los autores, una libertad que, por cierto, se tardó muchos años conseguir.
Aplicar el rodillo de la elegancia y de lo políticamente correcto desnaturalizaría el Carnaval. Quiero al Carnaval libre, salvaje, callejero, puro, plural, que me ofrezca perlas inolvidables y también, por qué no, que me cabree. Sé perfectamente que me voy enfadar con las letras del coro de Julio Pardo y sus golpes de pecho, su machismo recalcitrante y su patriotismo chusquero, pero lo quiero concursando. Sé que nos encontraremos con chirigotas que hagan chistes homófobos y machistas más propios de los años 70, bromas que no nos van a gustar un pelo y que seguramente veremos la respuesta del patriarcado a las sucesivas letras feministas que estamos escuchando.
Eso pasará. Y no me va a gustar. Pero no se me ocurriría penalizar nada de esto. Como escribió la biógrafa Evelyn Beatrice Hall a principios de siglo, “estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo“. Apelo pues a la inteligencia de los autores, autoras y concursantes, y sobre todo, de la audiencia (espectadores, jurado y medios de comunicación), cuyo veredicto también es parte de la esencia carnavalesca. Seremos nosotros los que elevemos o no, a una agrupación o a unas coplas, al Olimpo del Carnaval. Con nuestro juicio, nuestra crítica, nuestra difusión y nuestro apoyo. También con nuestro rechazo. Y esa es, en parte, una responsabilidad que acepto con gusto.
https://www.lavozdelsur.es/por-un-carnaval-libre-salvaje-y-sin-cadenas
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