Padre,
con mis respetos,
aquí a tu lado
quiero sentarme.
Padre,
de hombre a hombre,
hoy esta noche
tengo que hablarte.
Sé que
yo ni de lejos
soy ese hijo
que deseaste.
Sé que,
hoy que he crecío,
ya no soy como
tú me soñaste.
Sé que no he seguido tus consejos,
sé que de tu ejemplo estoy muy lejos
y que ya no me parezco en nada a ti.
Sé que yo tus pasos no he seguido
y que he preferido mi camino,
que es lo que los hijos tienen que seguir
porque tú y yo sabemos bien
que tú de joven fuiste rebelde también.
Y a pesar de las diferencias
sabes que en mi conciencia
te he guardado el respeto.
Sabes que yo te he idolatrado
y en verdad, me he esforzado
por seguir tu modelo.
Pero es que la vida ha cambiado
y nos ha separado
a cada cual en su tiempo.
Siempre querré
al hombre sabio y con clase
que nunca seré,
al padre grande y enorme
al que yo amo y amé,
a cuya sombra es difícil crecer.
Sabes por mí pero sabes
que te hablo también
por mis hermanos
de toas' las comparsas
que en este teatro jamás,
nunca te van a olvidar
ay, padre nuestro,
Don Francisco Alba.
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