Como el que reza el rosario
van arrancando los días
de un enorme calendario
siempre soñando
con su cofradía.
Siempre tomando por tonto
nadie entiende esa pasión
cuántas lágrimas derrama
de impotencia y de dolor
cuando un año de trabajo
se lo carga un chaparrón.
Toda una vida entregá
sin recibir nada a cambio
empeñando el corazón
sólo por ver en la calle
a su santo cada año.
No sé que coño tiene este compás
¡Halá, halá, halá, halá!
que a mí también me hace llorar
¡Halá, halá, halá, halá!
que aunque me importe un pito
aquel que murió en un maero
yo sí me muero contigo
cuando le das dos mecíos
a Jesús el Nazareno.
Manuel Santander Cahué
“Los Morazos de la Viña” 2002
No hay comentarios