Diez años han pasado desde que Francisco Trujillo 'El Catalán' pusiera en pie el Café Teatro El Vagamundos, uno de los rincones emblemáticos del Carnaval de Cádiz que hoy echa el cierre. Fue un 4 de diciembre de 2009 cuando el popular comparsista abría las puertas de algo más que un negocio. El Vagamundos nacía con la magia y el arte de Cádiz como protagonistas y con estos ingredientes que lo hacían único, se ha mantenido durante toda una década.
Si hay algo que nunca faltaba entre las paredes de este emblemático rincón de la calle Javier de Burgos era la copla. Flamenco o Carnaval siempre tenían espacio en un escenario que cubría las carencias de arte en la ciudad. Cantaores, músicos, bailaores, monologuistas o carnavaleros llenaban la sala cada fin de semana en unas citas que se habían convertido en imprescindibles en el calendario cultural gaditano. Diez años de pasodobles, alegrías, tanguillos o lo que hicera falta para dar vida a un local que transmitía hospitalidad.
Cada fin de semana, legiones de aficionados y amantes de la Tacita se acercaban por allí para disfrutar de su ambiente y también de las conversaciones con su propietario, que detrás de la barra siempre tenía un momento para conversar de Cádiz y de Carnaval con cualquiera de sus clientes. Un cariño foráneo que el propio 'Catalán' reconocía que le animaba a seguir adelante en el díficil sector de la hostelería.
Un cariño que el comparsista respondía con inventos y formatos nuevos de actuaciones que le permitían seguir llenando el local y alargar la existencia de lo que era un proyecto ilusionante.
«Es una pena que Cádiz se quede sin un lugar con éste, un negocio que se ha dedicado a apostar por las cosas de aquí y que la gente de fuera venía buscándolo. Yo lo he intentado y estos diez años y medio de trabajo lo avalan, así que es una pena que ahora no nos hayan podido ayudar a mantener algo que también era para la ciudad», asegura el empresario, dolido por la falta de ayudas municipales.
Falta de ayudas
Muchas horas de trabajo que ahora se ven truncadas quizás porque el futuro tenga algo mejor preparado para este emprendedor, que desgraciadamente se convierte en una de las primeras víctimas del coronavirus en el sector de la hostelería. «Es difícil sobrevivir a esto. Ya de por sí, esta zona en verano es muy mala, cuesta trabajo y hay que vender mucho en otoño e invierno para después afrontar los gastos durante casi cuatro meses, que es lo que dura el verano en Cádiz. Los alquileres y los gastos de un negocio son muy elevados y si a esto le sumas el coronavirus, es complicado seguir. Ahora con el miedo y la desconfianza de la gente y teniendo que empezar a trabajar a medio gas, mientras los gastos siguen al 100%, sería muy difícil aguantar», explica 'El Catalán', dando con una de las claves a las que va a tener que hacer frente todo el sector en los próximos meses.
Seguramente El Vagamundos abrirá una larga lista de cierres en los próximos meses a consecuencia de la difícil coyuntura económica a la que se enfrenta el país. Y, como en el caso del bar de Francisco Trujillo, serán los recuerdos los únicos que resistirán los golpes
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