Dame tu libertad, Cádiz,
y seré el viento que despierta tus calles.
Dame la fuerza de tu mar
y me convertiré en tu más firme baluarte.
Imprégname de tu historia,
la que escribiste con sudor y sangre
batallando en mil peleas,
y dejaré en la memoria
que existió un Cádiz cabal
como Fermín Salvochea.
Tus torres de noche y día,
dámelas Cádiz mirando al cielo
y no tendrás un vigía mejor
que te vigile con tanto celo,
con tanto celo.
Dame tus puertas de Tierra,
San Germán y San Servando,
que vienen pidiendo guerra,
que te están avasallando.
Déjame tus murallas
pa' encerrarme contigo,
vamos al desafío
que hay que ganar la batalla,
que tus hijos no se vayan,
que no se vayan tus hijos.
Dame tu libertad
pa' cantar esa copla,
mi constitución,
la que entiendo yo,
la voz de mi pueblo
que hoy se alza pa' gritar
con la fuerza del viento
se acabó, se acabó,
se acabó,
se acabó el cuento,
se acabó el cuento,
se acabó.
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