👁️🗨️Popurri con LETRA de Juan Carlos Aragón⚫ "Los Condenados"⛓️ (2001)
A morir, que la muerte es un día.
A morir, que pa eso he nacío.
A morir, que pa eso he vivío.
A morir, pero con alegría,
que la condena más mala y más traicionera que m’han echao
ya la he cumplío, ¡Ay!, la condena de la vía.
Más condena, es la tierra, dónde suenan
los tambores de la guerra.
Y los hombres mueren matando a los hombres,
y quién no muere matando,
arrastra con sus caenas.
Y quién no arrastra caenas, otra condena lleva arrastrando .
Más condena que amarte, que abrazarte y tenerte,
si después de besarte, yo quiero mirarte y no puedo verte.
Y maldita condena la de tu cara oculta,
porque tu melena, na más que mira a la luna.
Y si la luna lunera, desde el cielo me echa un reojo,
me “arretiro” de la escollera,
dando vueltas cómo los locos.
Y a los dioses les pido que no quiero que me perdonen,
que no nunca m’arrepentío:
Por un cachito de la mar, de la mar,
de la mar Cádiz, les cambio el cielo que han prometío.
Será de rabia, será de pena, me han ofrecío el lujo del reo.
Que pida mi último deseo, ¡Qué cachondeo es esta condena!
Caballita con fideo y olor al campo de hierbabuena.
Si mi deseo es verte bailando, los ritmos lentos de la marea,
deseo eso que tú deseas y que to Cádiz está deseando.
Cobrar el paro cómo sea y que no haya nadie trabajando.
Y mi deseo, una, dos y tres:
Que el año sea fiesta gaditana,
el mes de vacaciones cada mes y el fin de la semana, la semana.
Y mi deseo, una, dos y tres:
Que el año sea fiesta gaditana,
el mes de vacaciones cada mes y el fin de la semana, la semana,
y poder decir antes de morir: “¡Que “güeña” está “turmana”!”
Y lo poquito que me quea, quiero dejarlo repatío,
son los tesoros que he tenío y han resistío mi condena,
to menos mi suegra, que a esa ni tocarle,
que lo que no quiero pa mí no lo quiero pa nadie.
Que lo poquito que me quea, es lo poquito que yo tengo.
Y va cantao en el último momento,
cómo rumba y testamento del condenao.
En el último momento,
cómo rumba y testamento del condenao.
Mi guitarra, no se la den a cualquiera,
y si acaso, que la condenen conmigo.
Mi palabra, dejadla en la carretera,
pa que nunca la metan dentro un libro.
Mi corazón, que se lo den a la gente,
a ver si así se alimentan de mi tierra.
Mi rebeldía, pa los últimos rebeldes.
Y mi tierra, tú ya sabes que mí tierra,
y mi tierra, tú ya sabes,
tú ya sabes que mí tierra,
y mi tierra tú ya sabes (mi tierra, mi tierra)
¡Qué no se la den a nadie!
Condenao.
Por un grito maldito, sentío y tan “requetecantao”.
Por un grito que en fiestas arremolina cada calle.
Por un grito que me gritan los que gritan que me calle.
Por un grito capaz de hacer saltar a las piedras.
Por un grito mortal que deja sorda a la tierra.
Condenao.
Por palabras que el hombre se calla y yo no las he callao.
Por palabras de gigantes que pronuncias los valientes.
Por palabras que yo digo para que las diga la gente.
Por palabras que son un manantial de veneno.
Por palabras, las mismas, con las que yo condeno.
Y antes de que alba firme el fin de mi alegría,
quiero condenar contigo lo que yo condenaría:
Yo condeno, compañera,
a los gobiernos que enfrentan a sus pueblos por fronteras.
Yo condeno, amigo mío,
a los amigos que, amigos nunca han sío.
Yo condeno, presidente,
la libertad que me das con cadenas.
Yo condeno la condena
de nuestras gargantas calientes.
Yo condeno, cantinero,
el vino que no he bebío en tu cantina, compañero.
Yo condeno, emperadora,
a tu impostura de alcaldesa impostora.
Yo condeno, madre mía,
que me condenen por gritar: “¡Rebeldía!”.
Yo condeno, condenar,
que nuestras coplas se hundan en el mar.
Llegó la hora que nunca he querido que llegue
y es que el verdugo no aguanta delirios tan largos.
Dice que cierre los ojos, que mire para mi pueblo
y que recuerde a mi amada.
El verdugo a mirado a mi amada y ha visto a mi pueblo.
Y mi pueblo ha mirado al verdugo y ha visto a mi amada.
Y con los ojos cubiertos, amada y pueblo qué importan,
voy a morir por mi tierra.
Y por mi tierra no hay venda tan grande que tape mis ojos.
Y por mis ojos no hay cuerda tan chica que amarre mis manos.
Y con mis manos sin cuerda, y si la venda en mis ojos,
y con mi tierra y mi pueblo.
A mi amada le brindo al muerte que en vida le he dado,
Que prefiero luchar y morir que vivir condenao.
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