🏰🏰🏰🏰Popurri con LETRA🖋️ Comparsa "Los Templarios" de Antonio Martínez Ares (1999)🏰
Santa Maria, strela do dia,
mostra-nos via pera Deus e nos guia.
Ca veer faze-los errados
que perder foran per pecados
entender de que mui culpados
son; mais per ti son perdõados.
Da ousadia que lles fazia
fazer folia mais que non deveria.
Santa Maria strela do dia,
mostranos via pera Deus e nos guia…
Diez de Octubre de 1203.
Don Nuño con sus huestes
van pa Jerusalén.
En lo alto las murallas
diez mil moros impresionantes.
Y nosotros mil, y abajo,
con un frío, qué frío más grande.
De buenas a primeras
flechas, flechas por un tubo.
Y decía el de la punta:
“¡Verás al final le dan a uno!”
Y salió un moro mu chico:
“¡Qué tiro aceite hirviendo!”
Y nosotros de cachondeo:
“¡Que lo tire! ¡Que lo tire!”
Y lo tiró, con sus muertos.
En el fragor de la batalla,
éste, que es más manitas,
con el aceite que sobró
preparó unas caballitas.
¡Catapultas de momento!
¡Qué de piedras!
Nos cogieron infraganti.
Parecía el suelo, por los niños,
un helao de crocanti.
¡Ay, D. Nuño!
¿Dónde me has traío, picha?
¡Qué mamoneo!
Con lo bien que estaba en Cádiz
cobrando el desempleo.
¡Ahhhhh! De repente un moro
me puso una espada aquí.
Y de repente se me pusieron
estos dos aquí.
Y de repente me dice el moro:
“Cristiano, ¿po no me huele a caballa a mí?”
Y al final no conquistamos.
¡Retiradaaaaa!
¡Qué de frío! ¡Qué de flechas!
¡Qué de aceite! ¡Qué de piedras!
¡Qué numerito!
Moraleja: en la guerra y en el amor,
a ganar por descontao.
Y si se pierde, da igual…
y el ratito que hemos echao.
Santa Cruz arriba, pa un cristiano,
una hembra sultana va calle abajo,
todos los días, estos peregrinos,
el destino los junta en el camino,
una hembra sultana y un cristiano,
ella dice: “Nunca”, él dice: “Espero”,
ella dice: “Vete”, él dice: “Luego”.
A ella le muestra una media luna,
ella dice que pa media, mejor ninguna.
Ella dice: “Vete”, él dice: “Espero”.
Amor entre sombras,
entre sombras, amores,
y por mis cariñitos
no hay religiones.
Mientras amanecía,
están chillando las moras,
de la morería.
Yo de Mahoma no reniego,
¡Ay!, pero Dios míos cuánto te quiero.
Quítate el velo, quítate el velo,
déjame ver tu mata de pelo.
Quítate el velo, quítate el velo,
déjame ver tu mata de pelo.
Arcos de cal, arcos de luz,
arcos y arcos en la casa del niño Jesús,
Arco de La Rosa, Arco de Los Blancos,
arcos, pinturas en la cueva de Santa Rosario.
Arco del Mar, Arco del Sol,
arcos, tus labios y mis labios
y al corazón.
Arco de San Carlos, Arco del Levante,
Arco del Pópulo, arcos, la cara del hambre,
arco es la sal, arcos de Dios,
arco a las doce, a la una, arco a las dos,
Arco la Carita, Arco Puerta Tierra,
arcos, los arcos que pintan, niña, tus caderas.
Arcos de no, arcos del sí,
arcos de los que se han ido y sueñan en gris,
arco, tus ojitos, arco de los barcos
y arcos, y arcos, y arcos, y arcos.
Los perros infieles atravieso en dos,
que soy un soldado por la gracia de Dios,
do’ quiera que cabalgue, el bien debo de hacer,
por cada bruja muerta alimento más mi fe.
Guerra santa, guerra santa,
el honor del caballero va en la punta de su lanza,
santa guerra, santa guerra,
limpio nuestros corazones como los de los profetas.
No hay verdad, salvo mi cruz,
ni mas rey que mi señor,
no me pongo de rodillas
más que por una oración.
Yo soy las puertas, las puertas de cielo,
y el que no cuente conmigo, que se pudra en el infierno,
justicia, piedad, el bien o el mal, la verdad o la mentira,
según tó, que según con el cristal con que se mira.
Escrito en mi pecho a fuego,
llevo los mandamientos,
yo y sólo yo tengo la llave
del reino, del reino.
Reinos de Cádiz, el reino de las maravillas,
dónde los bufones son reyes,
coronas, dos cruces, tres esquinas,
dónde las reinas se suben a las azoteas,
con el pelo suelto, encelando a los vientos,
buscando pelea,
dónde los vasallos, se comen las penas,
donde chiquillos asaltan castillos
¡Castillos de arena!
Reino de Cádiz, de campesinos con barcas,
dónde las estrellas van a las aguas,
dónde hay caballeros sobre corceles de humo,
dónde los cantes se usan de espadas y escudos,
dónde hay cielo, para los marineros,
con olas con compás, dónde la luna está ayudando a la criaturas,
dónde se bebe y no pasa nada y se escuchan a gritos las coplas.
Reino de Cádiz, la orillita de los milagros,
dónde por Febrero te dicen: “Te quiero”
sus ¡TEMPLARIOS!
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