Pasodoble con LETRA "Se me está acabando el paro". Comparsa "Catastrophic Magic Band" Juan Carlos Aragón
Se me está acabando el paro, la paciencia y la esperanza,
y está brotando en mi alma como una necesidad,
un deseo de justicia que me desquicia y abalanza
parece rabia, parece venganza
parecen ganas de matar.
No es que esté perdiendo el juicio o la cordura,
no es que esté perdiendo el juicio o la cordura,
es que es un dolor tan grande que ni un médico lo cura.
Es mirar alrededor y ver al pueblo
hacer de tripas corazón un día y al otro también,
apuñalar su dignidad en la taberna del silencio,
tararear su propio réquiem apuntándose a la sien,
cual si el mundo fuera bien y los malditos fueran ellos.
Y cuando miro al pueblo y no lo encuentro
se me desgarra el sentimiento de hombre revolucionario,
pa qué me sirve el sofocón diario
si luego el más insolidario es el que más está sufriendo.
Las manos en los bolsillos, la amargura contenida,
el fútbol, la partida, el culebrón y el cigarrillo.
Eso lo ve el presidente, el ministro, el banquero,
y la madre del juez, todo el mundo lo ve,
y si tú no lo ve’ es porque no quieres verlo.
Pero si no quieres verlo no andes pidiendo después
la revolución del pueblo.
y está brotando en mi alma como una necesidad,
un deseo de justicia que me desquicia y abalanza
parece rabia, parece venganza
parecen ganas de matar.
No es que esté perdiendo el juicio o la cordura,
no es que esté perdiendo el juicio o la cordura,
es que es un dolor tan grande que ni un médico lo cura.
Es mirar alrededor y ver al pueblo
hacer de tripas corazón un día y al otro también,
apuñalar su dignidad en la taberna del silencio,
tararear su propio réquiem apuntándose a la sien,
cual si el mundo fuera bien y los malditos fueran ellos.
Y cuando miro al pueblo y no lo encuentro
se me desgarra el sentimiento de hombre revolucionario,
pa qué me sirve el sofocón diario
si luego el más insolidario es el que más está sufriendo.
Las manos en los bolsillos, la amargura contenida,
el fútbol, la partida, el culebrón y el cigarrillo.
Eso lo ve el presidente, el ministro, el banquero,
y la madre del juez, todo el mundo lo ve,
y si tú no lo ve’ es porque no quieres verlo.
Pero si no quieres verlo no andes pidiendo después
la revolución del pueblo.
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