El Selu se despide del Falla: repasamos las chirigotas más míticas del genio gaditano que cambió el Carnaval de Cádiz para siempre
El Carnaval de Cádiz pierde a uno de sus grandes maestros. José Luis García Cossío, ‘El Selu’, anunció en sus redes sociales su retirada definitiva del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) del Gran Teatro Falla, poniendo fin a una carrera que ha marcado un antes y un después en la historia de las chirigotas. El autor gaditano, que lleva casi 50 años dedicados al carnaval, explicó que la presión y los nervios acumulados durante las últimas décadas lo han llevado a tomar esta decisión, que definió como “pensada y digerida con el grupo”.
“Ha sido una decisión meditada. Seguiremos haciendo chirigotas y llevando el nombre de Cádiz por toda España… y otros planetas sin encalar”, bromeó el autor, fiel a su estilo irónico y con ese humor tan suyo que lo ha convertido en una figura irrepetible. Aunque se aparta del concurso, El Selu no abandona las tablas, ya que seguirá actuando con su grupo por toda la geografía española.
A lo largo de su trayectoria, El Selu ha revolucionado la chirigota con un sello inconfundible en el que se mezclan la ironía, el costumbrismo y una fina crítica social. Cada año, su agrupación ha ofrecido personajes memorables y tipos que pasaron del escenario a la calle, al lenguaje popular y a la memoria colectiva del aficionado.
Entre sus obras más recordadas se encuentra ‘El que la lleva la entiende (Los borrachos)’ (1992), un clásico que cambió la forma de entender el humor en el Falla, con su famoso tanguillo cantado al revés. Le siguió ‘Con el sudor del de enfrente’ (1993) y ‘Los titis de Cai’ (1994), que consolidaron el estilo crítico y surrealista que lo haría inconfundible.
En 1995, con ‘Los lacios’, retrató con genialidad a esos gaditanos apáticos y sin sangre que se convirtieron en iconos del carnaval. Un año después llegaría ‘Las marujas’ (1996), una parodia magistral de las vecinas cotillas de toda la vida, demostrando su dominio del humor popular y su agudeza para reflejar lo cotidiano.
Tras algunos años de descanso, volvió con fuerza en 2004 con ‘Lo que diga mi mujer’, una de sus chirigotas más celebradas, que reflejaba con ironía las relaciones de pareja y el machismo cotidiano con el ingenio que solo El Selu sabe transmitir. En 2009, con ‘Los enteraos’, su grupo se ganó de nuevo el aplauso unánime del público con una interpretación impecable del “que lo sabe tó”, un tipo tan real como exagerado.
En 2012, con ‘Viva la Pepi’, volvió a demostrar su dominio escénico con personajes reconocibles y un tipo cargado de humor y crítica social. Y en 2016, con ‘Si me pongo pesao me lo dices’, alcanzó uno de sus puntos más altos de interpretación y creatividad, con aquel inolvidable muñeco Juan, que se convirtió en símbolo de la chirigota y del carnaval reciente.
Cada una de sus agrupaciones ha dejado frases, personajes y coplas que forman parte del imaginario colectivo del carnaval. Desde los “borrachos” hasta los “pesados”, pasando por “las marujas”, “los enteraos” o “la Pepi”, El Selu ha sabido retratar como nadie la esencia del gaditano, sus virtudes y sus manías, su forma de hablar y de reírse de sí mismo.
Su adiós al Falla supone el cierre de una era dorada en la modalidad de chirigotas, pero su legado permanecerá vivo en cada aficionado, en cada tipo que aún se recuerda y en cada carcajada que provocaron sus coplas. Porque el Carnaval de Cádiz no sería el mismo sin El Selu, y su historia quedará escrita con letras de oro en las tablas de los ladrillos coloraos.
