Muere José Luis Naranjo, alma silenciosa de las comparsas de Martínez Ares y testigo del renacer del Carnaval de Cádiz
El Carnaval de Cádiz llora la pérdida de José Luis Naranjo, quien falleció este sábado en su ciudad natal a los 60 años. Figura discreta pero esencial en la historia de las comparsas de Antonio Martínez Ares, fue durante quince años parte del grupo que revolucionó el Falla entre 1985 y 2000, participando en comparsas míticas como ‘Zombies’, ‘Los miserables’, ‘Los piratas’ o ‘La milagrosa’.
Naranjo, recordado con cariño por los aficionados como “el cojo de Los piratas” o “el calvo de Zombies”, se definía con ironía y humildad, huyendo siempre de los focos. En una entrevista concedida a Retrocarnaval hace dos años, dejó una frase que hoy se recuerda con especial emoción: “Me fui del Carnaval cuando me tenía que ir y nunca lo eché de menos.”
Su papel fue clave en la evolución y consolidación del estilo de Martínez Ares, aportando su talento y compromiso desde los primeros ensayos de ‘Zombies’ en 1985, cuando apenas tenía 19 años. Desde entonces, vivió la transformación del Carnaval moderno, acompañando a un joven autor que pronto marcaría una época. Participó también en ‘De locura’, ‘Esto es Carnaval’, ‘Entre tus brazos’, ‘Con uñas y dientes’, ‘Sonri-sillas’, ‘Calabazas’, ‘Do re mi fasoleando’, ‘Los miserables’, ‘La ventolera’, ‘El brujo’, ‘La trinchera’, ‘El vapor’, ‘Los templarios’ y ‘La milagrosa’, agrupaciones que forman parte del legado más brillante del certamen gaditano.
A lo largo de su carrera vivió momentos gloriosos, como el primer premio con ‘Los miserables’ en 1993 o el éxito arrollador de ‘Los piratas’ en 1998, pero también episodios difíciles, como el accidente de tráfico sufrido tras ‘El brujo’ o la ruptura del grupo tras ‘La milagrosa’. Aquella despedida coincidió con su retiro definitivo del Carnaval, con apenas 35 años. “Estaba cansado de cantar cada fin de semana fuera de Cádiz. Me fui cuando me tenía que ir”, confesaba.
Nacido el 1 de septiembre de 1965, Naranjo fue delineante de profesión y trabajó durante décadas en Procasa, empresa municipal de vivienda, hasta jubilarse por enfermedad. Apasionado de la cultura y la literatura, publicó en 2019 su novela ‘Un corazón en el armario’, donde mostró otra faceta de su sensibilidad creativa.
Quienes coincidieron con él lo describen como un hombre en la sombra, discreto, leal y fundamental, que ayudó a construir, desde la humildad, una de las etapas más inolvidables del Carnaval de Cádiz. Con su fallecimiento, se marcha una parte viva de esa historia, la de los años en los que un grupo de jóvenes soñadores llevó la comparsa gaditana a su máxima expresión.

