Los hermanos Pastrana denuncian la «autocensura» y la pérdida de esencia crítica en el Carnaval de Cádiz

Los hermanos Pastrana denuncian la «autocensura» y la pérdida de esencia crítica en el Carnaval de Cádiz

Rafael y Marcos Pastrana alertan sobre la deriva de la fiesta hacia la corrección política y defienden que el Carnaval debe ser, ante todo, un azote contra el poder establecido, sin importar su color.

El Carnaval de Cádiz atraviesa una crisis de identidad marcada por el miedo al juicio social. Así lo han manifestado los hermanos Rafael y Marcos Pastrana, quienes han analizado la compleja situación que vive el Concurso Oficial de Agrupaciones (COAC) y la «peligrosa deriva» hacia la pérdida de libertad de expresión en las tablas del Gran Teatro Falla.

El fantasma de la autocensura

Para los Pastrana, la libertad en el concurso se ha convertido en un concepto más teórico que real. «Estamos censurándonos nosotros mismos», han señalado, advirtiendo que el miedo a la reacción en las redes sociales y a la descontextualización de las letras está coartando la creatividad de los autores actuales. Según los hermanos, esta presión ha provocado que muchos creadores escriban pensando más en evitar el conflicto que en ejercer la crítica mordaz que siempre ha definido a la fiesta gaditana.

En este sentido, sostienen que la verdadera libertad se ha desplazado a la calle, donde las agrupaciones ilegales, al margen de jurados y retransmisiones oficiales, conservan el espíritu indomable que el teatro parece estar perdiendo por la necesidad de «monetizar» y «televisar» el espectáculo.

La polémica del «Hojalata» y la crítica al poder

Uno de los puntos de mayor fricción en su trayectoria reciente fue el pasodoble dedicado a la gestión de Pedro Sánchez con su comparsa El Hombre de Hojalata. La letra, que alcanzó una enorme repercusión, generó un dilema interno al ser acusada por algunos sectores de «dar alas a la ultraderecha».

Sin embargo, los autores se mantienen firmes en su postura: «El Carnaval debe ser crítica social y contra el poder; si no, nos olvidamos de la esencia». Para los hermanos, el compromiso del autor no debe ser con unas siglas, sino con la realidad social, ejerciendo de contrapoder incluso cuando el gobierno coincide con la ideología personal del poeta.

El tándem Pastrana: una herencia reinventada

Herederos de un apellido vinculado históricamente al tango y al coro, los hermanos también han explicado cómo la pandemia cambió su rumbo artístico. Lo que nació como un proyecto de coro pequeño terminó convirtiéndose en comparsa ante la dificultad de reunir una orquesta completa en tiempos de restricciones sanitarias.

En esta nueva etapa, han consolidado un equipo donde la unión fraternal es la clave del éxito. Mientras Rafael ejerce como cara visible y autor, destaca que sin el trabajo de gestión y equilibrio que aporta Marcos, la agrupación no podría sostenerse.

Un Carnaval más allá de las etiquetas

Finalmente, los autores han reflexionado sobre la polarización actual. Han defendido la libertad de un autor para posicionarse de forma independiente frente a los dogmas de partido, asegurando que se puede coincidir en medidas concretas con distintos sectores políticos —como el bienestar animal o la justicia social— sin necesidad de ser etiquetados.

Con la vista puesta en el próximo concurso, los Pastrana abogan por un Carnaval que recupere su «golpismo» dialéctico y que deje de mirar de reojo a las pantallas para volver a mirar de frente a los problemas del ciudadano.

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